La sola idea de aprender a programar no deja de interesarme. Quizá es por lo que solía decir Kristen Nygaard: «To program is to understand.»
Recién recordé años imberbes, y en perspectiva, reconozco la influencia que entonces tuvo tener en mis manos el clásico: Algorithms + Data Structures = Programs, de Niklaus Wirth (la edición Prentice-Hall de pasta dura de febrero del 76). Mirar el código en esas páginas, y sentir la urgencia de intentar esos programas en alguna computadora con el fin de entender lo que ocurría, fue emocionante.
Los básicos de la programación en ese libro siguen, para mí, igual de vigentes. Además, hay otros excelsos libros de introducción a la programación. Por fortuna puede uno acudir a maestros como Bjarne Stroustrup o Bertrand Meyer que, como Niklaus Wirth, son autores generosos. Por fortuna, podemos sopesar sus palabras que dirigen con lucidez a quienes buscamos aprender a programar; un par de ejemplos son las siguientes referencias. Además, reproduzco un párrafo del prefacio del maestro Meyer que al repasarlo me hizo recordar cuán importante es estudiar el código de otros.
Programming — Principles and Practice Using C++, por Bjarne Stroustrup.
TOUCH OF CLASS — Learning to Program Well with Objects and Contracts, por Bertrand Meyer.
«Because from day one of the course you will have the whole power of EiffelStudio at your fingertips, you will be able to skip many of the “baby” exercises that have traditionally been used to learn programming. The approach of this book is based on the observation that to learn a technique or a trade it is best to start by looking at the example of excellent work produced by professionals, and taking advantage of it by (in order) using that work, understanding its internal construction, extending it, improving it — and starting to build your own. This is the time-honored method of apprenticeship, which places newcomers under the guidance of experts.» —Bertrand Meyer
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