¿Por qué escogí dedicarme a la programación de computadoras?
Para cuando tomé la decisión, en quinto de bachillerato, ya hacía unos tres años de haber escrito mi primer programa. Mis opciones fueron ingeniería electrónica (hardware) o ingeniería en sistemas computacionales (software). Decidí dedicarme a lo que ya era mi hobbie (pasatiempo) pues era algo que disfrutaba mucho y, además, era con lo que pronto conseguí mis primeras ganancias (escribí un programa para llevar la contabilidad básica de un negocio pequeño con una IBM PC y tal programa se vendió en repetidas ocasiones).
Programar una computadora para mí siempre ha sido sinónimo de diversión: la mayoría de mis primeros programas fueron juegos para mi propio disfrute. Además, la idea de que me pagaran por hacer lo que para mí es esparcimiento me sorprendió y no me desagradó.
¿Me ayudó en el campo laboral lo que me enseñaron durante la universidad?
Gran pregunta. En parte, sí, claro. Pero –ya se sabe– la pregunta clave es si yo aproveché las oportunidades a mi alcance en la universidad; es decir, lo que termina sirviendo de los sistemas escolares depende, en su mayor parte, del aprendiz, no de la institución. En otras palabras, lo que sirve es lo que aprendes por interés propio, no tanto lo que enseñan. Por supuesto, si en el camino uno se topa con una luminaria de maestro –caso esporádico en mi recorrido– entonces preguntar mucho es lo debido. Lo que sí tuvo una importancia capital es tener acceso sin restricción a todo el equipo de cómputo disponible en la institución: diversos tipos de computadoras y sus dispositivos periféricos, sistemas operativos, lenguajes, e incontables tomos de documentación de dichos sistemas. Me ofrecí de voluntario en el centro de cómputo de la escuela de ingeniería, me dieron copia de las llaves y todo el acceso sin restricción –aunque en alguna ocasión escribí un programa para conseguir la contraseña hacia un sistema que otros intentaron monopolizar, ¡los insulsos! (años después supe que ese tipo de programa le llaman “troyano”.)
Otro factor clave fue aprovechar el acervo bibliográfico disponible. Como sugiere Shelby Foote: «A university is just a group of buildings gathered around a library.» Una institución suele tener recursos para comprar ejemplares que no están al alcance de un joven aprendiz. Para mí, ahí encontré las bases de las que habla la gente, no en las aulas —el aula, en su mayor parte, es el espacio laboral del gremio magisterial; es decir, su objetivo es la enseñanza, no el aprendizaje, este último está principalmente en las manos del individuo con el gusto por indagar—. Sin embargo, cuando dicho acervo no fue suficiente, entonces averigüé en otros acervos: al no encontrar algún libro en la biblioteca de la universidad, entonces viajaba y pasaba horas en la biblioteca de ingeniería de la UNAM, en Ciudad Universitaria (por cierto, esa biblioteca también resultó ser una mina de oro).
No tardé en tomar conciencia de que el contenido académico oficial, para mi caso, era tan sólo una pequeña parcialidad del panorama teórico-práctico ya disponible. Este panorama, y no sólo aquella parcialidad, representa en realidad las bases de una profesión actual en cómputo. Por cierto, a decir del perfil teórico-práctico de los egresados que llegan a pedir trabajo hoy, sospecho que la misma toma de conciencia también se puede aplicar a muchos contenidos oficiales universitarios hoy en día. En cualquier caso es pertinente tomar nota de la respuesta de David Parnas ante la pregunta “What are the most exciting/promising software engineering ideas or techniques on the horizon?”: «I don’t think that the most promising ideas are on the horizon. They are already here and have been here for years but are not being used properly.»
¿Qué futuro veo para la carrera de tecnologías de información?
La revolución informática está en sus inicios, por lo que hay mucho por pensar y por practicar al respecto en diversidad de profesiones. En específico, las habilidades para programar computadoras y saber aplicar atinadamente las teorías del cómputo concurrente y distribuido para lograr sistemas confiables y robustos seguirán siendo habilidades y conocimientos muy importantes para la sociedad:
¿Por qué creo que son necesarias en la vida diaria las tecnologías de la información?
Los productos de la técnica informática abarcan más y más el territorio de lo cotidiano, y parece que tal tendencia continuará. Pero la aplicación técnica necesita enfocarse principalmente a resolver problemas reales en la sociedad, no sólo a crear necesidades artificiales que distraen nuestra atención hacia aquellos problemas. Por ejemplo, un problema real es el analfabetismo multifuncional de muchos de nosotros que con frecuencia no somos capaces de lograr una lectura básica de comprensión, ya sin mencionar una lectura crítica habitual (un epítome de tal analfabetismo se puede observar en algunos así llamados “líderes” políticos en posiciones de cabeza de gobierno de todo un país). Ya ni siquiera mencionar la habilidad de redactar claramente por escrito alguna idea relevante. Por otro lado, los productos de la técnica parecen avivar una info-adicción por la cual la atención cotidiana no parece estar en discutir temas relevantes en la sociedad sino sólo estar distraídos con los chismes del día a través de dispositivos electrónicos portátiles.
¿Cuánto tiempo tardé en encontrar trabajo después de egresar?
En mi caso, empecé a ejecutar proyectos de desarrollo de software como profesional pagado desde el segundo semestre de la carrera. He sido empleado y también me he desempeñado ofreciendo mis servicios profesionales con mi propia empresa de consultoría. Por fortuna, en general, no me han faltado proyectos de desarrollo de software, aunque en ocasiones tardan en concretarse pues busco ejecutar proyectos con un enfoque distinto al enfoque que tiene saturado al mercado.
¿Cuál es el salario que puede aspirarse?
El salario puede variar mucho pues depende de varios factores como la geografía, el tipo de mercado, el tipo de actividad profesional dentro las diversas áreas de tecnologías de información, el tipo de proyecto y su modelo de negocio, etc. La revista Software Gurú suele publicar estudios de salarios; por ejemplo: Estudio de Salarios 2014.